VERSIÓN RELATADA DE RECORTE DE LA PELÍCULA DESPERTARES
- Cecilia García Rizzo
- 20 may
- 2 Min. de lectura
Versión relatada en el libro Lo urbano y lo humano. Hábitat y Discapacidad, Coriat, 2002.
Con paso arrítmico e inestable, aquella paciente ya mayor, interna en el neuropsiquiátrico, avanzó hacia la ventana –promesa de parque, cielo y sol–, traspasando el límite que hasta la tarde anterior se lo impedía. La rutina diaria señalaba al joven médico la existencia de algún impedimento que obligaba a la mujer a detenerse, siempre a la misma distancia de su objetivo; vacilar, mirar hacia todos lados como buscando algo, y finalmente, volver atrás alejándose. Esta vez fue diferente: avanzó y pudo, por fin, respirar el aire del jardín. La noche anterior el médico repasaba mentalmente la repetida escena: en un espacio de uso común los internos deambulan, miran T.V., o miran por la ventana. Una refacción ha ampliado la superficie de uso, probablemente eliminando un antiguo tabique paralelo a la pared de las ventanas que miran al jardín. La evidencia de que se han fundido dos ambientes está en el piso: el sector próximo a las ventanas es una superficie sin dibujo, mientras que el resto luce un damero de colores contrastantes. Justamente hasta el límite entre ambos solados, llegaba la mujer en su caminata, “guiada” por la uniformidad rítmica y tranquilizante del damero. Y sin lograr aventurarse en territorio diferente, desistía en su intento. Aquella noche, al percatarse de esto, el médico dibujó cuadrados con tiza, en el piso liso, a los que “rellenó” en forma alternada, extendiendo el efecto de damero y generando una continuidad visual en todo el ambiente. Al día siguiente, el dibujo en tiza brindó a aquella mujer el soporte buscado durante tanto tiempo.
En el video la sucesión de acciones es la siguiente:
Lucy, la mujer ya mayor, camina y de repente se detiene. El médico la observa, intenta ayudarle a avanzar, pero ella se resiste.
Luego lo muestran mirando por la ventana de su habitación, y ve en la vereda unos niños jugando a la rayuela. Asocia los cuadrados de la rayuela en el piso, con los cuadrados del piso del salón donde estaba Lucy. Va entonces por la noche con una enfermera que le ayuda a dibujar cuadrados en la parte que no los tenía.
Y al día siguiente le ayudan entre los dos a Lucy a levantarse de su asiento, y ella se dirige hacia la ventana, sin parar de caminar, sin nada que se lo impida.
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